Síndrome de inmunodeficiencia adquirida: sida
El SIDA es una enfermedad infecciosa causada por un virus llamado VIH (virus de la
inmunodficiencia humana), del cual existen dos tipos: VIH tipo I y el VIH tipo II, los
que atacan el sistema inmune del organismo, es decir, infectan y matan los linfocitos.
Se manifiesta como:
- Aparición de manchas violáceas de diferentes tamaños generalmente cutáneas.
- Diarrea crónica que suele acompañarse de pérdida de peso y dolor abdominal.
- Se alteran los nervios periféricos, provocando intenso dolor.
Se transmite por
tres vías:
- Sexual: a través del acto sexual con una persona portadora.
- Sanguínea: al entrar en contacto la sangre de un enfermo con la de una persona sana.
- Madre a hijo: una mujer puede transmitir el VIH a su hijo durante la gestación, en el parto o durante la lactancia.
Una persona con VIH
evita el contagio al:
- No donar sangre, tejidos, órganos o semen.
- No compartir utensilios como jeringas, máquinas de afeitar y cepillos dentales.
- Informar a los médicos, dentistas o a quien pueda estar en contacto con su sangre para que utilicen elementos esterilizados y desechables.
- Evitar el embarazo, por el riesgo de contagiar al feto.
- Informar a su pareja para evitar un contagio por vía sexual.
La prevención es el único camino eficaz contra la propagación del SIDA, ya que
aún no existe cura. Algunas medidas de prevención son:
- Tener una pareja estable.
- No compartir jeringas o usar utensilios que pudieran haber estado en contacto
con sangre infectada de VIH.
- Utilizar correctamente el preservativo (condón), ya que es la forma más eficaz
para prevenir el SIDA y otras ETS.
- Si se va a recibir sangre por medio de una transfusión, debe ser sangre segura,
es decir, que haya sido sometida a controles adecuados.
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