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viernes, 26 de septiembre de 2025

Caso de Resolución de Problemas: El juego.

ESTUDIO DE CASO: 

En una escuela rural de una zona aislada, los niños tienen pocas opciones de ocio y diversión fuera del horario escolar. La mayoría de ellos ayuda a sus padres en las labores del campo o del hogar, y no dispone de juguetes, libros ni otros recursos lúdicos. La única actividad que les permite jugar y divertirse es la educación física, que se imparte una vez por semana en la escuela. Sin embargo, el profesor de educación física tiene una visión muy rígida y tradicional de la asignatura, y solo propone juegos competitivos, de oposición y con normas estrictas. Esto provoca que los niños se aburran, se frustren, se peleen y pierdan el interés por la actividad física. Además, el profesor no tiene en cuenta las diferencias individuales ni las necesidades de los niños, y los evalúa según criterios de rendimiento y habilidad.

Los padres de los niños están preocupados por esta situación y quieren que la escuela ofrezca una educación física más variada, lúdica y adaptada a los intereses y capacidades de sus hijos. Sin embargo, el profesor de educación física argumenta que su método es el más adecuado para enseñar a los niños los valores del deporte y la disciplina. Además, algunos padres consideran que la educación física es una asignatura secundaria y que los niños deben dedicarse más a las materias académicas.

 

ANÁLISIS DE CADA UNO DE LOS PROBLEMAS QUE SE PRESENTAN:

Los problemas identificados son:

Pocas oportunidades de jugar y divertirse fuera de la escuela: Los niños carecen de recursos lúdicos (juguetes, libros, espacios de recreo), lo que convierte a la educación física en su principal oportunidad de diversión. Si esa experiencia no es positiva, se limita aún más su derecho al juego y a la recreación.

* Enfoque rígido y competitivo del profesor: El docente se enfoca principalmente en juegos de oposición con reglas muy rígidas, lo que provoca aburrimiento, frustración y conflictos entre los estudiantes. De esta manera, se pierde el sentido lúdico y motivador de la asignatura.

* Falta de atención a la diversidad: El profesor evalúa según rendimiento y habilidad, sin contemplar diferencias individuales ni necesidades específicas. Esto deja en desventaja a los estudiantes con menos destrezas físicas, que terminan desmotivados y excluidos.

* Baja valoración de la educación física en la comunidad: Algunos padres consideran la asignatura como secundaria, por debajo de las materias académicas. Esta percepción resta importancia a su rol en el desarrollo integral de los estudiantes.    

 

Las posibles soluciones serían:

Ampliar la visión pedagógica de la educación física: Introduciendo actividades variadas como juegos cooperativos, dinámicas recreativas, circuitos motores, retos grupales y actividades de exploración del entorno rural. Incluyendo expresión corporal, danza, juegos tradicionales y actividades creativas que no dependan solo de la competencia.

* Promover un enfoque inclusivo: Se debe valuar a los estudiantes considerando el esfuerzo, la participación y la mejora personal. Adaptando actividades según las capacidades de cada estudiante. Reconociendo logros individuales y colectivos, no solo habilidades deportivas.

* Capacitación y acompañamiento docente: Se debe ofrecer formación en metodologías activas, cooperativas y lúdicas de educación física. Brindando apoyo técnico y pedagógico para renovar prácticas tradicionales.

* Vinculación con la comunidad educativa: Hay que sensibilizar a las familias sobre el valor de la educación física en la salud, el bienestar emocional y la convivencia. Involucrando a los padres en jornadas deportivas, ferias de juegos o proyectos comunitarios que fortalezcan la valoración de la asignatura.

* Uso creativo de recursos locales: Se debe aprovechar materiales del entorno (piedras, cuerdas, palos, semillas, botellas recicladas) para diseñar juegos y actividades. Rescatando los juegos tradicionales de la comunidad como parte de la clase.

 

CONCLUSIÓN:

En la escuela rural descrita, la educación física representa casi la única oportunidad que tienen los niños para jugar, moverse y divertirse. Sin embargo, el enfoque rígido y competitivo que imparte el profesor en sus clases limita esa experiencia, generando aburrimiento, conflictos y desinterés. Además, no se toman en cuenta las diferencias individuales ni las necesidades de cada estudiante, lo que provoca exclusión y frustración.

Por eso, es fundamental transformar la asignatura hacia un enfoque más lúdico, inclusivo y motivador, que fomente la cooperación, el disfrute y el desarrollo integral. Con el apoyo de la comunidad, la capacitación docente y el uso creativo de los recursos disponibles, la educación física puede convertirse en un espacio clave para mejorar la salud, la convivencia y el bienestar de los estudiantes.


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