El amor es pura Química...
«El encuentro de dos personalidades es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman»
-CG Jung-
Las siete sustancias químicas que dan forma al amor.
1. Oxitocina: conocida como la hormona del amor. Nos incita a socializar, enamorarnos y tener pareja de por vida. También desempeña un importante rol en la conducta maternal y algunos procesos fisiológicos como el parto y la lactancia.
2. Endorfinas: se liberan cuando contemplamos a la persona amada (o con la que anhelamos intercambiar segmentos de ADN). Estas endorfinas son capaces de elevar nuestro ánimo a pesar de que atravesemos una crisis financiara apocalíptica.
3. Feniletilamina: compuesto orgánico de la familia de las anfetaminas que, según Jorge Blaschke, en su libro Cerebro 2.0:
es la responsable de esa sonrisa tonta sin sentido que soltamos cuando se acerca a nosotros la persona que nos ha enamorado, en un rasgo del rostro que denota amistad, confianza y seguridad.
4. Acetilona: la segregamos como cualquier animal en celo, desde un chimpancé hasta un paquidermo.
5. Endovalium: libera nuestra fantasía e imaginación, permitiéndonos que nos figuremos con nuestra amante en toda clase de situaciones románticas o sexuales.
6. Adrenalina: nos estimula, agudiza nuestros reflejos y nos induce al galanteo con posturas ridículas, como si de repente todos fuéramos pavos reales. También nos empuja a llevar a cabo acciones aventuradas o arriesgadas, como Juan Sin Miedo. Junto con la acetilona y en Endvalium, su misión también es que el corazón bombee más sangre y que esa sangre produzca una vasodilatación en el interior del pene y, en consecuencia, una erección.
7. Gonadotropinas (GnRH): se producen ya en la cama (o en el coche, o en el cine, o allá donde decidamos dar rienda suelta nuestra sexualidad). Actúa el hipotálamo, una de las partes de nuestro cerebro que produce la hormona liberadora de gonadrotropinas:
con el fin de estimular la secreción de las hormonas hipofisiotrópicas que se producen en las gónadas. Entonces se produce la eyaculación con 200 o 400 millones de espermatozoides, pequeñas células con una cabeza de 5 micrómetros de longitud y una cola de 50 micrómetros de largo con la que flagelan y nadan, en una competición feroz, para llegar hasta el óvulo femenino.
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